Los Leones, rugiendo a las puertas de la Champions League
Champions League volumen 2. La máxima competición continental ahora sí que sí, hace parada en Bilbao que espera, como en pocas ocasiones se recuerda en los últimos años, que el árbitro decrete el comienzo del encuentro que el Athletic disputa esta misma noche contra el Napoles.
En la ida se cumplieron prácticamente todos los pronósticos. El Athletic salió valiente a San Paolo, con muchas ganas de hacer un fútbol de equipo bonito y de ataque, cualidades ambas que permiten a los bilbaínos disfrazarse de equipo muy grande cuando la situación requiere un extra que sobre el papel el nivel de la plantilla no puede dar. Pero no nos engañemos, la plantilla del Athletic es competitiva, sin grandes estrellas rutilantes pero plagada de jugadores de mucha talla que, en su conjunto, convierten al equipo en un rival sorprendentemente complicado. Los De Marcos, Aduriz, Muniain, San José, Iraizoz, Iturraspe, Susaeta etc. son buena prueba de ello. Sin embargo, plantillas más hechas, como es el caso del propio Napoles, con jugadores de talla mundial como Higuain o Hamsik, obligan a ese mencionado extra.
Los napolitanos por su parte salieron con caraja al césped de su Estadio y casi les cuesta un severo disgusto cuando el descanso anunciaba un 0-1,obra del escurridizo Muniain, y la sensación de que podía haber caído alguno más. Sin embargo, cumpliendo también el guión que se les presupone de equipo favorito en la eliminatoria, empataron, y por poco voltean el resultado, que en todo caso es muy muy insuficiente para ellos y sobretodo peligroso dado el valor doble de los goles fuera de casa que obliga al Napoles a ganar en San Mames o empatar por al menos dos goles. En definitiva, está obligado a hacer gol.
Rafa Benítez ya no esconde las cartas aunque sí echa algún que otro balón fuera. Sabe que tiene equipo de sobra para hacer gol (El propio Aduriz ya ha declarado también que pensar en un empate a cero es poco creíble), y que para el Athletic es un momento de tensión, tan cerca y a la vez tan lejos de la Fase de Grupos. No obstante, afirma que «no cambia nada vencer o no en este partido», algo de lo que habría que discrepar en el que ahora es el tercer equipo de Italia por potencial, tras la Juventus de Turin y la Roma.
Valverde por su parte lo tiene clarísimo también. Es su final y la quieren. Y es lo normal. Eso genera un punto de precipitación pero a la vez de ilusión jugando además en casa en el nuevo San Mames que luce espectacular para la ocasión. Querrán mandar y marcar, algo que a buen seguro va a ocurrir en un encuentro con un resultado de partida tan ajustado.
En definitiva, las premisas son las mismas que en el partido de ida: fútbol de ataque, balones a las bandas con Muniain, De Marcos y Susaeta, Beñat en la creación e Iturraspe en la contención. Aunque algo débiles en la línea defensiva (un riesgo grave teniendo a Higuain, Hamsik e Insigne enfrente), el Athletic es un equipo que encuentra fácil el gol incluso en partidos complicados. Y marcar es la prioridad hoy.
La mayoría de los integrantes de la plantilla eran críos cuando el Athletic jugó en Champions por última vez. Ahora ellos están a noventa minutos de conseguirlo y sólo de ellos depende. Por tanto, que eche el balón a rodar.
DAVID ABELLÁN FERNÁNDEZ