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El Athletic de Bilbao vuelve a rugir en la Champions League

Agonizaba ya la primera parte del encuentro cuando Julen Guerrero, estrella de aquellos buenos años del Athletic de Bilbao, aprovecha para robarle la cartera al defensa del Galatasaray y en un buen gesto técnico orienta y fusila al guardameta turco para alegría y sobre todo, flaco consuelo de los poco más de 17.000 aficionados que llenaban San Mames aquel 9 de diciembre de 1998. Una fecha que desde luego se antoja ya lejana. No podían saber que iban a transcurrir dieciséis años de sequía europea, pero tampoco podían estar del todo contentos. El equipo dirigido por Luis Fernandez no había firmado una campaña de Champions brillante y aun con todo se había quedado a dos puntos de superar la fase de grupos en donde la Juventus de Turin logró clasificarse precisamente con las mismas victorias que los vascos: ¡una!

Pero así es el fútbol. Y pasada página llega ahora el momento del bonito reencuentro con una competición en la que el Athletic de Bilbao solía ser cliente habitual hace no tantos años. Hoy sonará en San Paolo, hogar del Napoles en el sur de Italia, el himno de la competición de clubes más importante del mundo. Pero lo bonito de verdad llegará el 27 de agosto cuando resuene con toda su fuerza en el espectacular nuevo San Mames, de largo uno de los estadios más bonitos de España, que por fin se llenará en su aforo completo una vez terminadas las obras.

Las vidas de Napoles y Athletic se cruzan además por primera vez en la historia. Y lo hacen en la previa de Champions que da acceso directo al cuadro final. Los italianos lo hacen después de terminar terceros en el Calcio y los vascos después de obtener la cuarta plaza en la Liga. Ni Valverde ni Benítez han querido mojarse. El primero sabe que la empresa es difícil. El segundo no se fía, y ambos se conocen el fútbol español muy bien. Plantean un esquema similar de fútbol ofensivo en el que el Napoles gana por galones el envite inicial con Higuain, Callejón, Hamsik o Insigne, pero el Athletic ofrece más bloque con un resucitado Aduriz como punta de ataque y bandas que cortan como cuchillas. Para los vascos, la Champions es un recompensa, para los italianos es el momento de plantearse cotas superiores. Al primero le puede costar un disgusto en forma de conformismo, y al segundo le puede pesar la presión resultadista.

Con todos esos elementos, se espera una eliminatoria digna de Champions League. Desde Lezama advierten que una eliminación prematura no es un fracaso pero sí una decepción y así deben verlo desde luego, en una competición que no regala nada a nadie. Valverde cuenta con todos sus efectivos (igual que Benítez, la verdad sea dicha) por lo que no hay excusas y sí expectativas. Evidentemente el pronóstico no es sencillo, favorable sobre el papel para el Napoles pero sin olvidar que prácticamente nadie gana en San Mames y que el Athletic, sin aparentes grandes nombres, es un león con piel de cordero.

Sea como sea el duelo está servido. Y un grande de nuestro fútbol busca su sitio de nuevo en la élite.

DAVID ABELLÁN FERNÁNDEZ

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