El mosquito no volverá a picar. Ferrero dice adiós
Después de trece años y 791 partidos oficiales el pasado martes 23 de Octubre, en el ATP 500 de Valencia daba Juan Carlos Ferrero sus últimos raquetazos como profesional. Es cierto que a fecha de este artículo todavía tiene que jugar el torneo de dobles junto a David Ferrer pero a efectos prácticos es un hecho. Una lástima, termina la carrera de uno de los tenistas más prometedores de la década pasada (Por supuesto sin contar a Rafa Nadal). En palabras fáciles, un jugadorazo con todas las letras. Muy precoz puesto que consiguió su primer título ATP con sólo diecinueve años frente a todo un jugador como Alex Corretja y con veinte ya estaba consolidado entre los diez mejores del mundo.
Los mejores años de su carrera fueron entre 2000 y 2003. Se consolidó como un gran jugador de tierra batida, típico atributo del tenista español, y empezó a dejar momentos memorables. Con sólo veinte años en el año 2000, se marcó una final de Copa Davis espectacular ganando ni más ni menos que a Patrick Rafter, por entonces en la cima de su carrera y sobretodo a la estrella del momento Lleyton Hewitt. Es uno de los primeros partidos que recuerdo. Todavía tuvo tiempo ese mismo año de deleitar al público con otro duelo espectacular en la Copa de Maestros a cinco sets contra el australiano pero esta vez fue Hewitt quién se llevó el gato al agua.
Entre esos años nunca bajó de semifinales en Roland Garros y llegó a su primera final de Grand Slam en 2002 frente a Albert Costa. Seguramente era favorito pero salió completamente desenchufado y Costa le barrió en los dos primeros sets. Luego recuperó algo de terreno pero no fue suficiente.
En 2003 alcanzó el tope de su carrera. Ganó el Master Series de Montecarlo frente a Guillermo Coria que por entonces era de los mejores jugadores de tierra batida del circuito profesional y poco después tocó la gloria ganando Roland Garros. Su rival fue un gigantón desconocido para el gran público llamado Martin Verkerk que se clasificó ganando al propio Coria y a Carlos Moyá. La carrera de Ferrero parecía imparable. En agosto llegó al US Open en un gran momento de forma. En semifinales jugó un partido espectacular contra André Agassi. Salió ovacionado y se convertía oficialmente en el número uno del ranking mundial. La final fue otra historia. Andy Roddick fue imparable.
Todavía sacó otro gran resultado antes de acabar el año ganando el Master Series de Madrid, el primer español que lo conseguía. Y después, la más absoluta oscuridad: lesiones, mal estado de forma, mala suerte, falta de motivación. No volvería a ganar un torneo ATP hasta el 2009 ni más ni menos. Consiguió ganar algún torneo del circuito pero sin ningún resultado especialmente destacable en torneos de Grand Slam. Una pena. Se retira relativamente joven y muy muy lejos de su mejor nivel pero eso no le quita un ápice de mérito a su carrera deportiva que incluye un Título en Roland Garros, otros quince torneos ATP y tres Copas Davis (2000, 2004 y 2009).
Mucha suerte con los nuevos proyectos que realices a partir de ahora.